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18 de enero: Convocan a Proyección Global de documental sobre el ataque a Gaza
Fecha de publicación: 07/01/10

ANMCLA Palestina . 6 de enero de 2010
Global Screening: "Si el gesto delicado del aleteo de una mariposa puede provocar huracanes, el compartir un susurro audiovisual podrá mover a quienes nos rodean y quebrar los cimientos del muro israelí... Cuanta más gente se sume, más posibilidades de que nuestro grito colectivo atraviese el espeso silencio que se cierne sobre la interminable noche de Gaza"

Un testimonio de excepción de la barbarie contra el pueblo palestino

El 18 de enero de 2010 es el aniversario del fin del ataque israelí a la Franja de Gaza, que dejó un saldo de más de 1400 víctimas mortales y 5000 heridos – la mayoría de ellos civiles – así como colegios, hospitales y mezquitas destrozadas, infraestructura de servicios devastada, y miles de viviendas destruidas.

Alberto Arce, documentalista y activista español, llegó a la Franja de Gaza (Palestina) dos días antes de que el 27 de diciembre del año pasado se iniciara el ataque. Cámara en mano, Arce documentó día a día los salvajes ataques de las fuerzas sionistas contra la población civil. Su labor periodística fue determinante para que circularan imágenes de alto impacto de la agresión.

Por: TSAE / ANMCLA Palestina

"Yo te aviso Chirulí": Próximo estreno en los Medios Públicos
Fecha de publicación: 26/01/10

26 de enero 2010.-Sistema Nacional de Medios Públicos próximo a estrenar "Yo te aviso Chirulí"

Por: Patria Grande

'Yo Estuve Allí' abrió en febrero la nueva programación de TVes
Por: Venezolana de Televisión (VTV)
Fecha de publicación: 02/02/10

02 de febrero 2010.- 'Yo Estuve Allí' abrió en febrero
la nueva programación de TVes.

Por: Venezolana de Televisión (VTV)

"América Latina será socialista, o no será"
Festejos por los 83 años de vida que cumple hoy Gabriel García Márquez

 Caracas, marzo 6 - En homenaje y festejo por los 83 años de vida del autor de "Cien años de soledad" en Cuba, México y Colombia, entre otros países habrá actos como exposiciones fotográficas y muestras documentales que tienen que ver con él y con su obra.
Síntesis biográfica
Nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, en el hogar de Gabriel Eligio García, telegrafista y de Luisa Santiaga Márquez Iguarán. Siendo muy niño fue dejado al cuidado de sus abuelos maternos, el Coronel Nicolás Márquez Iguarán -su ídolo de toda la vida- y Tranquilina Iguarán Cortés. El reconoce que su madre es quien descubre los personajes de sus novelas a través de sus recuerdos. Por haber vivido retirado al comienzo de su padre, le fue difícil tratarlo con confianza en la adolescencia; "nunca me sentía seguro frente a él, no sabía cómo complacerlo. El era de una seriedad que yo confundía con la incomprensión", dice García Márquez.

En 1936, cuando murió su abuelo, fue enviado a estudiar a Barranquilla. En 1940, viajó a Zipaquirá, donde fue becado para estudiar bachillerato. "Allí, como no tenía suficiente dinero para perder ni suficiente billar para ganar, prefería quedarme en el cuarto encerrado, leyendo", comenta el Nobel. En 1946 terminó bachillerato. Al año siguiente se matriculó en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional y editó en diario "El Espectador" su cuento, "La primera designación". En 1950, escribió una columna en el periódico "El Heraldo" de Barranquilla, bajo el seudónimo de Séptimus y en 1952, publicó el capítulo inicial de "La Hojarasca", -su primera novela en ese diario- en el que colaboró desde 1956.

En 1958, se casó con Mercedes Barcha. Tienen dos hijos, Rodrigo y Gonzalo.

Gabriel García Márquez,  está radicado en Ciudad de México desde 1975, en una vieja casona restaurada por él mismo.
El 11 de diciembre de 1982, después de una votación unánime de los 18 miembros de la Academia Sueca, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura por su obra, y sobre todo por "Cien años de soledad"

"Gabo"  alterna su vida entre México y Colombia. Ha recorrido el mundo entero y ha ayudado en la formación de escritores y cineastas a través de instituciones periodísticas y cinematográficas creadas por él. Recientemente estuvo en el Festival de Cine de Cartagena.
Algunas de sus obras:
    * La Hojarasca, 1955.
    * El coronel no tiene quien le escriba, 1961.
    * La mala hora, 1962.
    * Los funerales de Mamá Grande, 1962.
    * Cien años de soledad, 1967.
    * Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, 1968.
    * Relato de un náufrago  1970,
    * La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada, 1972.
    * Ojos de perro azul, 1973
    * Chile, el golpe y los gringos, 1974.
    * Cuando era feliz e indocumentado, 1973.
    * El otoño del patriarca, 1975.
    * Todos los cuentos (1947-1972), 1976.
    * De viaje por los países socialistas, 1978.
    * Obra periodística 1: Textos costeños (1948-1952).
    * Obra periodística 2: Entre cachacos (1954-1955).
    * Obra periodística 3: De Europa y América (1955-1960).
    * Obra periodística 4: Por la libre (1974-1995).
    * Obra periodística 5: Notas de prensa (1980-1984).
    * Crónica de una muerte anunciada, 1981.
    * Viva Sandino, 1982.
    * El secuestro, 1982.
    * El olor de la guayaba, 1982.
    * El asalto: el operativo con el que el FSLN se lanzó al mundo, 1983.
    * Eréndira, 1983 Guión basado en el relato.
    * El amor en los tiempos del cólera, 1985.
    * Las aventuras de Miguel Littín clandestino en Chile, 1986.
    * El general en su laberinto, 1989.
    * Doce cuentos peregrinos, 1992.
    * Del amor y otros demonios, 1994.
    * Noticia de un secuestro, 1996.
    * Vivir para contarla, 2002.
    * Memoria de mis putas tristes, 2004.
 

Discurso de aceptación del Premio Nóbel en 1982

La soledad de América Latina
Gabriel García Márquez

Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen.

Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonios más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los Cronistas de Indias nos legaron otros incontables. Eldorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos. En busca de la fuente de la Eterna Juventud, el mítico Alvar Núñez Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición venática cuyos miembros se comieron unos a otros y sólo llegaron cinco de los 600 que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados, es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salieron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca llegaron a su destino. Más tarde, durante la colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se encontraban piedrecitas de oro. Este delirio áureo de nuestros fundadores nos persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas en el siglo pasado la misión alemana de estudiar la construcción de un ferrocarril interoceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable con la condición de que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal escaso en la región, sino que se hicieran de oro.

La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia. El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles. El general García Moreno gobernó al Ecuador durante 16 años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial. El general Maximiliano Hernández Martínez, el déspota teósofo de El Salvador que hizo exterminar en una matanza bárbara a 30 mil campesinos, había inventado un péndulo para averiguar si los alimentos estaban envenenados, e hizo cubrir con papel rojo el alumbrado público para combatir una epidemia de escarlatina. El monumento al general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del mariscal Ney comprada en París en un depósito de esculturas usadas.

Hace once años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más ímpetus que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego. Un presidente prometeico atrincherado en su palacio en llamas murió peleando solo contra todo un ejército, y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro de corazón generoso, y la de un militar demócrata que había restaurado la dignidad de su pueblo. En este lapso ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi los 120 mil, que es como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala. Numerosas mujeres arrestadas encintas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 mil muertes violentas en cuatro años.

De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de personas: el 10 por ciento de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos y medio millones de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del continente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos. La guerra civil en El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América latina, tendría una población más numerosa que Noruega.

Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad.

Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es difícil entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como lo fue para ellos. La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 años para construir su primera muralla y otros 300 para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos, ensangrentaron a Europa con soldados de fortuna. Aún en el apogeo del Renacimiento, 12 mil lansquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil de sus habitantes.

No pretendo encarnar las ilusiones de Tonio Kröger, cuyos sueños de unión entre un norte casto y un sur apasionado exaltaba Thomas Mann hace 53 años en este lugar. Pero creo que los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos. La solidaridad con nuestros sueños no nos haría sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo.

América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental.

No obstante, los progresos de la navegación que han reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa, parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural. ¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a 3 mil leguas de nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.

Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera: cada año hay 74 millones más de nacimientos que de defunciones, una cantidad de vivos nuevos como para aumentar siete veces cada año la población de Nueva York. La mayoría de ellos nacen en los países con menos recursos, y entre éstos, por supuesto, los de América Latina. En cambio, los países más prósperos han logrado acumular suficiente poder de destrucción como para aniquilar cien veces no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de los seres vivos que han pasado por este planeta de infortunios.

Un día como el de hoy, mi maestro William Faullkner dijo en este lugar: "Me niego a admitir el fin del hombre". No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.

Agradezco a la Academia de Letras de Suecia el que me haya distinguido con un premio que me coloca junto a muchos de quienes orientaron y enriquecieron mis años de lector y de cotidiano celebrante de ese delirio sin apelación que es el oficio de escribir. Sus nombres y sus obras se me presentan hoy como sombras tutelares, pero también como el compromiso, a menudo agobiante, que se adquiere con este honor. Un duro honor que en ellos me pareció de simple justicia, pero que en mí entiendo como una más de esas lecciones con las que suele sorprendernos el destino, y que hacen más evidente nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa, suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido.

Es por ello apenas natural que me interrogara, allá en ese trasfondo secreto en donde solemos trasegar con las verdades más esenciales que conforman nuestra identidad, cuál ha sido el sustento constante de mi obra, qué pudo haber llamado la atención de una manera tan comprometedora a este tribunal de árbitros tan severos. Confieso sin falsas modestias que no me ha sido fácil encontrar la razón, pero quiero creer que ha sido la misma que yo hubiera deseado. Quiero creer, amigos, que este es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos.

En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía. Muchas gracias

Por:Prensa Acción

A Dios le pido...
Cría Cuervos: Juanes apoya el Nobel de la Paz para las "Damas de Blanco"

Fecha de publicación: 05/04/10

 Miami, abril 5 - El cantante colombiano Juanes se sumó al apoyo internacional para postular a las Damas de Blanco de Cuba al Premio Nobel de la Paz 2011, informó hoy uno de los nueve cubanos que liderizan la iniciativa.
“Por su pacífica lucha diaria, propongo que el Premio Nobel de la Paz 2011 se les entregue a las Damas de Blanco para que su ejemplo sea admirado y seguido por todos aquellos que sufren injusticias”, expresó el artista. 

El interprete de “A Dios le pido” y “La camisa negra”, resaltó que la paciencia, la perseverancia y valor de las Damas de Blanco en La Habana y “de todas las mujeres solitarias que buscan la libertad de sus hijos o esposos presos políticos, secuestrados, prisioneros de guerra, merecen toda la atención, respeto y apoyo de todos”.

Juanes en su mensaje electrónico recordó que las Damas de Blanco apoyaron el concierto Paz sin Fronteras “en La Habana el pasado mes de septiembre cuando otros sectores se oponían drásticamente”.

A Juanes se le olvidaron las madres y esposas de los 5 héroes antiterroristas cubanos y se le olvidó la inmensa libertad  que tuvo para hacer "su concierto" en La Habana, y se le olvidaron sus lágrimas de cocodrilo y se le olvidó que la sensibilidad y alegría desinteresada del pueblo cubano no es suceptible de compras ni hipocresías.
Sin duda Juanes tiene la camisa blanca...

Por: Agencias- Aporrea.org

El actor Gael García compara ley de Arizona con políticas nazis
Fecha de publicación: 04/05/10

México, 4 may (PL) El joven actor y director mexicano Gael García comparó hoy la ley antiemigrantes de Arizona, Estados Unidos, con las políticas nazis del Partido Nacional Socialista de Adolfo Hitler.

En declaraciones a medios nacionales, manifestó que esa legislación es ilegal y que se presta para promover la separación racial y cultural.

Comentó que es una normativa absurda y retrógrada que exacerba el odio entre nacionalidades.

El protagonista de Diario de Motocicleta y Amores Perros dijo que el juego político entre demócratas y republicanos en el tema de la migración es lamentable, pues pasa por encima de las personas más pobres.

García manifestó que la de Arizona es una ley mediante la cual se puede enjuiciar a una persona por su raza, acento y rasgos faciales. Esto es ridículo, comentó el cineasta.

El actor mexicano promueve en estos días su filme Letters to Juliet, una comedia romántica que se estrenará el próximo día 14 en Estados Unidos.

Tras comentar que faltan leyes a nivel internacional para proteger a los emigrantes, anunció que producirá una serie de documentales sobre el viaje por territorio mexicano de los centroamericanos en buscar de empleos en Estados Unidos.

Por: Prensa Latina

Oliver Stone sugirió a Morales y a Chávez usar más Internet para contrarrestar guerra mediática
Por: TeleSUR
Fecha de publicación: 02/06/10

02 de junio 2010.-El laureado director de cine estaunidense Oliver Stone sugirió a los presidentes Evo Morales (Bolivia) y Hugo Chávez (Venezuela) recurrir más a internet, para difundir sus mensajes y contrarrestar la visión que tiene sobre ellos la prensa de Estados Unidos.

Stone, que llegó este martes a Cochabamba, 400 km al este de La Paz, para presentar su documental South of the Border (Al sur de la frontera), destacó la necesidad de usar medios de difusión masivos alternativos.

"Sugerí al presidente Chávez y a otros, y le diría a Evo que busquen medios alternativos de la prensa, como es internet, para sacar su mensaje", afirmó

Por: TeleSUR

 

Por:Prensa Acción

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